La verdad no me acuerdo cuando fue la primera vez que escuché a M83, pero fue hace un buen rato y recuerdo que no le presté mucha atención y se me fundió en el olvido. Resultó que no era el momento para quererla y como me ha pasado muchas veces antes, hace más o menos un año se me atravesó de nuevo. Esta vez sí era la hora. Una vez que le di una buena escuchada fue suficiente, me encantó ese sonido pop/electrónico/shoegaze/progresivo/qué sé yo (ya dije en un post anterior que no soy buena definiendo géneros y amo las bandas que tampoco caen en uno solo) y se me quedó grabado en el corazón, por lo que cuando hace unos meses me llegó la noticia de que iban a sacar disco nuevo después de tres años, naturalmente la emoción no fue normal.

Resulta que no solo yo tenía expectativas con este disco, según he venido leyendo es una cosa bastante común y me imagino que unos cuantos al igual que yo les entró la locura después que se filtrara anoche. Y lo típico de estas cosas, la razón por la que siempre prometemos no esperar demasiado, es que casi siempre terminamos decepcionados. Con Hurry Up We’re Dreaming no ocurrió eso.

Este disco es una belleza. Puedo decir que gracias a su Intro con Zola Jesús siento que le he agarrado cariño y deseo darle una oportunidad más a esa banda que NME tanto me recomendó el año pasado, y que tras muchos intentos, no terminé de entender por qué. En total este es un álbum para estar de buen humor, por lo que se filtró justo cuando lo necesitaba, aunque también tenga una que otra canción para extrañar como debería ser siempre: con una sonrisa en la cara y recordando solo lo bueno. Después de un día entero escuchándolo y conociéndolo siento que tiene que estar en mi top de lanzamientos para este año.

La mezcla de estilos continúa, el dreampop y el shoegaze se juntan con unos teclados bastante épicos y mucha más vocalización de la que uno está acostumbrado a sacarle a Anthony Gonzalez. Son 22 canciones en un disco doble, lo cual podría parecer una exageración pero de verdad que funciona. Este trabajo no te aburre en ningún momento y cada vez que lo repites le consigues algo nuevo de qué enamorarte, desde los emocionantes coros y el piano nostálgico de Splendor, el saxo de Midnight City, o los chasquidos detrás de Raconte-Moi Une Histoire – que por cierto, es mi favorita, pura dulzura -, porque mientras más lo escuchas más te das cuenta que su nombre le pega: esto es un sueño hacia el que tienes que correr.