Ayer pasé casi todo el día desconectada del 2.0 solo para encontrarme, más tarde, con que Leslie Nielsen había muerto. Después de pasar unos segundos tratando de asociar el nombre con el personaje - gracias a mi horrible memoria que se empeña en recordar datos inútiles en vez de nombres, caras y cosas verdaderamente importantes - y valerme del poderoso Google, me di cuenta que ese por el que tanto se lamentaban en Twitter era nada más y nada menos que el policía canoso y adorable que me la mantenía viendo cuando chiquita en The Film Zone y Venevisión.

Conocí a Leslie Nielsen gracias a mi papá, un fanático entregado de sus películas. Recuerdo haberlo visto por primera vez un domingo en Venevisión con uno de esos doblajes al español bien horribles y característicos del super cine millonario, o como sea que se llamara, pero eso no impedía que pasara horas riéndome de las estupideces del Teniente Frank Derbin, o más adelante, de su ridícula adaptación del conde Drácula, en aquella época cuando los vampiros no se reflejaban en espejos ni estaban cubiertos de escarcha.

Dado que mi memoria inservible ya no me deja acordarme con claridad de todas mis bromas y escenas favoritas no me pondré a nombrarlas, pero sí sé que este fin de semana tendré que lanzarme un maratón de The Naked Gun y sus secuelas, Mr. Magoo, Dracula Dead and Loving It, Spy Hard y si me da chance, hasta Scary Movie 3- aunque no sé si valga la pena por lo mala que es-. Creo que esa ha de ser la mejor manera de "guardar luto" y recordar al querido Leslie.